Bajo la atención del mundo se celebró la COP 26 en Glasgow. Si bien se adoptaron nuevas medidas que complementan las previstas en el Acuerdo de París, no se colmaron las expectativas de esta nueva instancia de negociación. Se esperaban medidas más drásticas de las que finalmente se adoptaron, que resumimos a continuación.

1. Calentamiento global y emisiones

Se reafirmó el objetivo de mantener el calentamiento global por debajo de 1,5° C, manteniendo viva esta meta que se encontraba amenazada. Los Estados Parte volvieron a reconocerla necesidad imperativa de reducir la emisión de gases de efecto invernadero en un 45% para 2030 y alcanzar el objetivo de net zero para 2050.

Por otro lado, al menos treinta países y once fabricantes de automóviles acordaron realizar una transición a vehículos con cero emisiones para 2040, comprometiéndose a eliminar gradualmente automóviles con combustión fósil.

2. Deforestación

Más de 100 naciones, incluidas Paraguay, Uruguay y Brasil se comprometieron a: (i)detener y revertir la deforestación y degradación de la tierra para el 2030; (ii) desarrollar prácticas de agricultura sustentable y (iii) respetar los derechos de indígenas y otras comunidades locales.

Las naciones parte del compromiso voluntario, se comprometieron a aportar doce mil millones de dólares financiar temas de forestación entre los años 2021 y 2025.

3. Emisiones de metano

Más de 100 naciones asumieron también el compromiso de reducir en un 30% las emisiones de metano para el 2030. El metano es el segundo factor contribuidor del calentamiento global luego del dióxido de carbono. Sin embargo, los mayores emisores de metano (India, China y Rusia) no se encuentran dentro de los países comprometidos.

4. Financiamiento

Teniendo en cuenta que se estima que el impacto del calentamiento global afectará desproporcionalmente a los países en desarrollo, sumado a la crisis que viven por la pandemia COVID-19, los Estados Parte -en especial los países desarrollados- asumen el compromiso de otorgar mayor cantidad de fondos para cumplir con los objetivos de la COP 26. Todo ello teniendo en cuenta que no se cumplió con la meta prevista en el Acuerdo de París de que los países desarrollados destinen cien mil millones de dólares para el 2020 (extendiéndose este compromiso hasta el 2023). De hecho, se acordó un plan de acción denominado Climate Finance Delivery Plan para aportar y desembolsar de estos fondos.

La COP 26 llamó también a las multilaterales a que financien y destinen fondos a proyectos sustentables en línea con los objetivos trazados.

5. Mercado voluntario de carbono

Luego de 5 años de negociaciones, finalmente el artículo 6 del Acuerdo de París fue reglamentado. Este artículo permite un mercado de compra y venta de reducciones de emisiones de gases con efecto invernadero. En las reglas asumidas, se abarcaron cuestiones como la prohibición de doble contabilidad de emisiones, la supervisión de las reglas técnicas por parte de la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático, y la inclusión de algunos créditos de carbono generados previamente bajo el Protocolo de Kioto. Se espera que estos cambios generen un impulso al mercado voluntario de carbono y más proyectos de reducción de emisiones, lo que constituye un enorme potencial para nuestra región.

6. Pacto China-Estados Unidos

Finalmente, la gran sorpresa en Glasgow fue el pacto suscripto entre China y Estados Unidos de América para reforzar la lucha contra el cambio climático en la próxima década. En ese acuerdo se señala como objetivo acelerar la descarbonización en la presente década, a corto plazo, como senda para desprenderse del CO2 a mitad de siglo.

El acuerdo chino-estadounidense no contiene medidas concretas, pero asegura que ambos países, los principales emisores de gases de efecto invernadero (cerca del 40% mundial) están dispuestos a liderar conjuntamente, a pesar de sus profundas diferencias en otros campos.

En definitiva, si bien la COP 26 adoptó medidas de mitigación contra el cambio climático en complemento con aquellas del Acuerdo de París, no se colmaron todas las expectativas. Es una buena continuación del Acuerdo de París y servirá para mantener la lucha contra el cambio climático en lo más alto de la agenda-país de los estados parte, aunque se debe seguir trabajando para garantizar un desarrollo sostenible y que los derechos de futuras generaciones no se vean comprometidos.