La calificadora Standard & Poor’s (S&P) Global Ratings ha elevado la nota crediticia de Paraguay a BBB-, otorgándole oficialmente el Grado de Inversión. Este reconocimiento se suma a la calificación otorgada por Moody’s en 2024, confirmando una trayectoria consistente de fortalecimiento macroeconómico e institucional. Con el respaldo de dos de las tres principales agencias calificadoras a nivel global, Paraguay deja de ser una “promesa” y se consolida como un mercado cada vez más relevante para el capital internacional.


La relevancia de esta segunda calificación radica en que refuerza la percepción de que la estabilidad del país responde a factores estructurales y no coyunturales. Para muchos inversores institucionales —en particular fondos internacionales sujetos a mandatos de inversión restrictivos— la existencia de al menos dos calificaciones de grado de inversión constituye un requisito clave para la asignación de capital. En este contexto, Paraguay amplía de manera concreta su universo de potenciales inversores y fortalece su perfil como una de las economías más predecibles de América Latina.


Este nuevo posicionamiento implica mayores estándares de exigencia para el desarrollo de proyectos y operaciones. El creciente interés de inversores extranjeros y financiadores internacionales demanda estructuras contractuales más sofisticadas, altos niveles de cumplimiento normativo y transparencia, así como un adecuado entendimiento del marco regulatorio local y de las prácticas internacionales aplicables. La correcta gestión de riesgos legales y regulatorios, una estructuración fiscal eficiente y el aprovechamiento de los instrumentos del mercado de capitales —incluidas las recientes reformas introducidas por la nueva Ley del Mercado de Valores— son ahora elementos centrales.


En este escenario, el éxito de una inversión depende cada vez más de un asesoramiento legal estratégico y especializado. En FERRERE acompañamos esta nueva etapa de Paraguay, brindando asesoría integral, de forma estratégica y especializada que este contexto favorable requiere para transformar oportunidades en inversiones eficientes y sostenibles en el tiempo.