Que el emprendedurismo ha cambiado a la humanidad, no es novedad. Y que la región ha realizado un proceso de inserción mundial en esta materia, tampoco. La noticia llega en este caso porque nuestro vecino, Argentina, dio un paso fundamental al sancionar una ley de fomento y apoyo a emprendedores.

Según algunas encuestas, América Latina es una de las regiones más emprendedoras del mundo. Uruguay se encuentra en el cuarto puesto dentro del “Ranking de Condiciones Sistémicas para el Emprendimiento Dinámico”, realizado por la Universidad General Sarmiento de Argentina, e incluso el “MIT Technology Review” reconoció a tres uruguayos dentro de los emprendimientos que podrían revolucionar el mundo, lista de la que supo formar parte el fundador de Facebook. Condiciones sobran, de eso estamos seguros. Y gente con ganas de financiar proyectos serios, innovadores y potencialmente revolucionarios, también.

Sin embargo, cuando bajamos la realidad a tierra, vemos que los emprendimientos en Uruguay encuentran habitualmente, al menos, las siguientes barreras: a) limitaciones para tener un vehículo societario ágil y dinámico para canalizar el negocio y recibir ágilmente inversores con distintos perfiles; b) acceso a financiamiento y c) ausencia de incentivos fiscales tanto para emprendedores como para inversores.

Si bien existe regulación aislada que procura atender algunos de estos problemas, y el sector público colabora activamente – principalmente a través de organismos como la Agencia Nacional de Investigación e Innovación, el Latu, la Dirección Nacional de Artesanías, Pequeñas y Medianas Empresas, y más recientemente la Agencia Nacional de Desarrollo- destinando esfuerzos y recursos para el apoyo al ecosistema emprendedor, aún hay camino por recorrer. Una buena ley que atienda sistemática y orgánicamente algunos de estos desafíos, es uno de estos pendientes.

En este sentido, nuestro vecino, Argentina, acaba de sancionar una ley de apoyo al emprendedurismo que busca justamente atender estos temas, facilitando la constitución, promoción y crecimiento de las empresas, a través de herramientas novedosas y beneficios específicos para este tipo de proyectos.

La nueva regulación argentina está basada en dos pilares: a) Creación simple, ágil y digital de sociedades. Aparece una nueva figura, las “Sociedades por Acciones Simplificadas” (SAS). El objetivo es que en 24 horas y vía on-line puedas crear la empresa, contar con número de identificación fiscal y abrir una cuenta bancaria. A su vez, cuando el sistema esté funcionando, podrás digitalizar tu firma, documentación social como poderes y libros, incorporar accionistas y emitir acciones de mismo derecho a diferente precio o con distintos derechos según el perfil del inversor. b) Más financiamiento y acceso a créditos. Esto se logra a través de beneficios impositivos para los inversores, creación de fondos públicos para co-invertir con actores privados, regularización de las plataformas de financiamiento colectivo (“crowdfunding”), selección de aceleradoras para apoyo al proceso de profesionalización del emprendedor, y finalmente acceso a créditos a tasas muy bajas, llegando en algunos casos a tasa 0%.

Más allá de los beneficios mencionados, la norma tiene como virtud centralizar la regulación de todo el fenómeno emprendedor, buscando una mejor coordinación entre organismos y definiendo una política nacional clara de fomento al sector.

En FERREREconfiamos en que el emprendedurismo tendrá un rol activo en el Uruguay del futuro. Es por eso, que contamos con profesionales especialistas en diferentes áreas del derecho (comercial – societario – tributario – propiedad intelectual, entre otros), preparados para asesorar a todos los eslabones del sistema emprendedor.

Esperamos que esta noticia sirva de puntapié para que nuestro país renueve fuerzas en el apoyo a los emprendedores locales, porque lo que conduce y mueve al mundo no son las máquinas, sino las ideas.