Artículo de Eugenia Yavarone para El Observador
El control en la emisión de C02 puede generar importantes beneficios económicos. Si bien buena parte de las medidas para combatir el calentamiento global deben considerarse a nivel gubernamental, no existen dudas de que las empresas también tienen responsabilidad en este tema.
El cumplimiento de las obligaciones ambientales, responsabilidad de las empresas, puede ser visto como una inversión. En este sentido, las empresas que reduzcan sus emisiones de CO2 tienen la posibilidad de obtener beneficios económicos a través de la venta de créditos de carbono a los países industrializados.
En efecto, en el marco del Protocolo de Kyoto –aprobado por Uruguay en el año 2000– los proyectos de reducción de emisiones realizados en países no industrializados bajo los “Mecanismos de Desarrollo Limpio” (MDL) pueden obtener créditos de carbono o certificados de emisiones.
Estos créditos –que pueden ser vendidos a los países industrializados– equivalen a una tonelada de CO2 que se deja de emitir a la atmósfera. Su objetivo es compensar las emisiones en distintas partes del mundo.
Para poder acceder a ellos, las empresas deben certificar sus emisiones cumpliendo con ciertos estándares.
Además de los mercados de intercambio de certificados creados en el marco del Protocolo de Kyoto, existen los llamados “mercados voluntarios internacionales” a los que pueden acceder las empresas con intención de comercializar certificados. Estos mercados no presentan las exigencias del Protocolo mencionado, ya que surgen de la preocupación de los particulares por las emisiones que generan en el desarrollo de sus actividades.
Actualmente cada certificado se comercializa en unos US$ 8, siendo activos que las empresas pueden incorporar para luego comercializar.
Durante las últimas semanas, con el Acuerdo de París –aprobado por 196 estados–, el combate al calentamiento global volvió a ponerse sobre la mesa. Aun cuando algunos consideren que el Acuerdo solo regula promesas, no puede negarse que ha funcionado como un llamado de atención para un tema del cual debemos concientizarnos de inmediato. No debe olvidarse que el calentamiento global es responsable de muchos problemas que día a día se padecen, como son los bruscos cambios climáticos y sus graves consecuencias: sequías, lluvias intensas que provocan inundaciones, etc.
El calentamiento global se produce como consecuencia de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) –entre ellos el CO2– que no pueden ser absorbidas de manera natural en la atmósfera. Sus consecuencias afectan cada aspecto de la vida en el planeta. Todas las actividades desarrolladas por las empresas, hasta el solo hecho de tener una oficina, producen emisiones de GEI. En este sentido, en la medida que todas las empresas emiten CO2, todas pueden acceder a los créditos de carbono para su comercialización y rédito económico.