El Tribunal de Apelación en lo Civil, Comercial y Laboral del Segundo Turno de Central (el “Tribunal”) hizo lugar al recurso de apelación interpuesto por FERRERE contra una Sentencia Definitiva de Primera Instancia que había condenado al Empleador al pago de indemnizaciones al Trabajador por despido injustificado.

En la demanda, el Trabajador reclamó despido injustificado más indemnizaciones. Por su parte, el Empleador, se defendió expresando que el despido del Trabajador tuvo una causal (despido justificado) pues el Trabajador, que se desempeñaba como repositor de productos y cobrador, había faltado grave y reiteradamente en sus funciones, perjudicando así a la Empresa.

El Trabajador contaba con un teléfono celular corporativo, el cual tenía un programa de sistema de control permanente de visitas a clientes, de asistencia y de cumplimiento de tareas. Por tanto, era obligación del Trabajador portar el teléfono consigo, mantener encendido el GPS y reportar sus localizaciones permanentemente. Asimismo, para corroborar el cumplimiento de las tareas de todos los repositores y cobradores, el Superior realizada controles cruzados, contactando a los clientes, de manera a corroborar la asistencia de los trabajadores a los locales designados. En este caso, el Empleador detectó mediante controles cruzados que el Trabajador no asistió a los lugares indicados, sin embargo, este marcaba en el sistema de control vía celular que sí se encontraba presente en los locales. En atención a esto, el Empleador argumentó que la causal del despido del Trabajador es que este simulaba haber visitado a los clientes, mediante la realización de cambios fraudulentos de su ubicación en el teléfono celular. Asimismo, el Empleador refirió que el Trabajador contaba con sanciones anteriores al despido, que se debían justamente a información falsa sobre sus registros de visitas.

El Tribunal estableció que el incumplimiento reiterado de sus tareas por el Trabajador fue comprobado, con el agravante de haber tenido antecedentes por hechos similares, habiéndose probado el falseamiento de datos por el Trabajador, a efectos de engañar al Empleador.  Asimismo, el Tribunal refirió que es evidente que la acción del Trabajador generó perjuicios al Empleador, quien pagó por un servicio que él no prestó en forma.

En conclusión, el Tribunal resolvió que quedaron demostradas las causales c y ll del artículo 81 del Código Laboral, estableciendo que la conducta incumplidora persistente del Trabajador en el desempeño de sus funciones resultó perjudicial para el Empleador y que ello era lo suficientemente grave, que hacía que la relación laboral no pudiera continuar más. La conducta del Trabajador fue calificada como injuriosa. Asimismo, el Tribunal estableció que el incumplimiento de las tareas contratadas implicó evidentemente pérdidas económicas para el Empleador.

De esta manera, FERRERE obtuvo un resultado positivo en este juicio, en el que se demostró que el despido del Trabajador fue realmente justificado, por lo que, no correspondía el pago de indemnizaciones.