"La reforma de la DGI creó una máquina para cobrar impuestos, pero omitió hacer una reforma del procedimiento para resolver los conflictos entre la DGI y los contribuyentes, de manera que estos puedan defenderse".

Este pasaje corresponde a la cuarta edición del libro "El contribuyente frente a la inspección fiscal", escrito por los abogados tributaristas Alberto Varela y Gianni Gutiérrez que será presentado hoy en la Universidad ORT de Pocitos.

Los autores señalan que si bien en los últimos 10 años aumentó la recaudación y se redujo la evasión, la DGI "tiene un potente y veloz poder de daño". En este sentido, señalan que el fisco tiene herramientas "para meterse en la vida de la gente y de las empresas" para verificar si pagaron bien sus impuestos, pero si además entiende que "hay peligro para cobrar, con gran velocidad puede embargar los bienes del contribuyente, bloquear sus cuentas bancarias, intervenir la caja o incluso paralizar su actividad empresarial".

Sin embargo, en el caso de los contribuyentes, Varela y Gutiérrez señalan que quien decide cuestionar lo que la DGI le reclama tiene que esperar tres años para agotar la vía administrativa y cuatro años para que un juez emita su fallo "mientras sufre medidas asfixiantes" de parte del organismo recaudador.

"Que tengamos un fisco superpoderoso y que los contribuyentes no puedan acudir a un juez que les diga si tienen razón en un plazo corto, antes que la DGI los asfixie, es una situación insostenible. (…) Además, esa situación inevitablemente promueve abusos", dicen los autores.

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