El 20 de octubre, un Juzgado uruguayo falló a favor de la Corporación Financiera Internacional (CFI) y la Corporación Inter-Americana de Inversiones (CII) en un juicio iniciado por titulares de obligaciones negociables emitidas por Granja Moro SA.

Por décadas, Granja Moro fue la empresa más importante del sector avícola uruguayo. En 1991, tanto la CFI como la CII se convirtieron en accionistas minoritarios de la compañía como parte de un acuerdo de financiamiento.

A fines de 1997, se descubrió un fraude que involucraba a varios miembros de la alta gerencia de la compañía y del Directorio. Los pasivos de Granja Moro ascendían a más de US$ 50 millones.

El Banco Inter-Americano de Desarrollo y el Banco Mundial enviaron misiones a Uruguay- A principios de 1998, la empresa pidió la quiebra, que finalmente fue declarada en 2002. En los años que siguieron, quienes participaron en el fraude fueron sentenciados y condenados penalmente.

En 2004, tenedores de obligaciones negociables que habían adquirido deuda emitida por Granja Moro en 1997 presentaron una demanda contra Granja Moro, la CFI y la CII. Argumentaban que habían sido inducidos a error en el prospecto de emisión, y que la CFI y la CII debían hacerse responsables de las obligaciones de Granja Moro, tanto en virtud de su participación en las actividades de la compañía como por sus deberes como accionistas con derecho a nombrar un integrante del Directorio.

La CFI presentó excepciones previas de falta de jurisdicción y prescripción, y también cuestionó los méritos de la demanda. La CFI argumentó que el caso de los reclamantes se basaba en acusar a la CFI y a la CII de ser responsables de un fraude, del que en realidad habían sido las principales víctimas.

La sentencia estableció que no existía evidencia de la participación de la CFI y de la CII en el fraude y que el contenido del prospecto no podía ser atribuido a un acto voluntario de las mismas. Su participación en la compañía era la de un accionista minoritario y acreedor y de ninguna manera la de un accionista controlante.