La búsqueda de un sucesor, el fraccionamiento de la propiedad y la falta de consenso son los problemas más comunes en los negocios familiares.

A lo largo de los años, en los diferentes países y sectores de actividad, las familias empresarias afrontan similares problemas. La respuesta común a esos problemas ha sido articular en la familia una serie de instrumentos que permitan conciliar las relaciones afectivas con la prosperidad de la empresa.

En las últimas décadas, los cambios experimentados en la matriz familiar y en los negocios, hacen necesaria la revisión de las bases sobre la que se sustenta el análisis de la empresa familiar y de los instrumentos por ella utilizado para corregir obstáculos y potenciar fortalezas.

En FERRERE trabajamos de forma activa en revisar los paradigmas sobre los que han crecido las empresas familiares, estando convencidos de que la suma de sus fortalezas con una adecuada preparación de sus integrantes frente a los nuevos desafíos, las posicionarán fuertemente en su sector de actividad, les dará mayor competitividad y poder decisorio ante un cambio generacional o una eventual participación de terceros inversores.

A continuación comentamos los tres mayores problemas relevados en las familias empresarias, los que se suman a otros nuevos desafíos que éstas deben afrontar en pos de su continuidad.

Búsqueda del sucesor

Se repite la situación de hijos de fundadores de empresas, que por las más variadas razones no quieren continuar en el negocio de sus padres. Frente a esta situación, la familia comienza a buscar el sucesor. Asesoramiento adecuado en esta instancia es relevante. Cada realidad tendrá una solución particular, en algunos casos el sucesor se encontrará en familiares cercanos, otras en familiares políticos, y otras fuera de la familia con miras a una gerencia profesional. A ello se suma que algunas familias pueden contar con protocolos familiares que prevean mecanismos de sucesión, los que adecuadamente negociados en la interna de la familia e ingeniosamente redactados, cobran un rol fundamental en este tema.

Desde FERRERE aconsejamos que la búsqueda del sucesor se siga en conjunto con los referentes o representantes de la familia, y que se adopten soluciones transitorias y nunca radicales. Seguramente en una nueva generación pueda surgir un nieto o sobrino comprometido con los valores de la empresa de la familia y con la aptitud necesaria para gerenciar y liderar la misma.

Fraccionamiento de la propiedad

De forma consciente y en ocasiones no consciente, la propiedad en las empresas familiares se fracciona y atomiza. Más de una generación comienza a participar en la propiedad de la empresa, familiares políticos se vuelven titulares de acciones, y la situación se agrava con el ingreso de terceros extraños a la familia a través de divorcios, sucesiones y repetidos matrimonios. El paso del tiempo potencia la posibilidad de fraccionamiento de la propiedad, por lo que es aconsejable que la familia empresaria considere y resuelva este tema lo antes posible. Históricamente, la respuesta ha sido el diseño de un protocolo de familia, en el cual se regula, entre otros temas, el destino de la propiedad de la empresa.

En los protocolos de familia el grupo plasma sus problemas e intenta dar una solución conforme sus valores e ideales, los que debido al efecto sentimental y psicológico que genera en los familiares los conmina a su cumplimiento. Sin embargo, cabe destacar que la empresa no está protegida ante un incumplimiento a lo pactado. A través de los protocolos de familia los valores e ideales estarán en juego y se verá comprometida la unión familiar, pero la protección a la propiedad de la empresa no estará blindada.

Por tanto, es aconsejable que los protocolos de familia sean confeccionados por los familiares con la ayuda de asesoramiento profesional, y seguramente complementados con adecuados convenios entre los accionistas, pactos sucesorios y reformas a los estatutos de la empresa.

Pluralidad de opiniones y falta de consenso

Los integrantes de la familia empresarial seguramente tengan una visión del negocio y la familia diferente, para unos la prioridad será el bienestar y armonía en la familia, para otros será la estrategia empresarial, el crecimiento, financiamiento y rentabilidad del negocio. Las diferentes visiones y opiniones encontradas repercutirán en la unión de la familia y en la toma de decisiones de la empresa, afectándose recíprocamente.

Desde FERRERE hacemos hincapié en la importancia de establecer foros de discusión claramente diferenciados, donde los problemas familiares y empresariales puedan ser tratados de forma separada. En paralelo a los órganos de la empresa, directorio y asamblea de accionistas, coexisten otros como la asamblea de familia y el consejo familiar, en los cuales los diferentes integrantes de la familia y sobre todo los más jóvenes, pueden compartir los valores y las expectativas de la familia e intercambiar opiniones sobre la marcha de la empresa, de modo de asegurar, en alguna medida, la continuidad del negocio.

Nuevos desafíos

La creciente competitividad y profesionalización en los negocios incide directamente en las empresas de corte familiar. Los problemas tradicionales deben ser revisados ya que sus causas están en constante cambio, debiendo ser sus soluciones creativas y a medida de cada situación. A ello se suma la aparición de nuevos retos vinculados a la necesaria profesionalización en la toma de decisiones por parte de directivos, la búsqueda de una estructura de gestión objetiva y estratégica, y la preparación de la empresa frente a un eventual financiamiento externo.

La idoneidad de los directores y gerentes –familiares o terceros profesionales-, el cumplimiento de las formalidades en la toma de decisiones, regularidad en las reuniones de los diferentes órganos sociales, la adecuada tenencia de los libros y documentos de la empresa, la regularidad de la contabilidad, la correcta emisión de las acciones, entre otros temas, pasan a ser relevantes para las empresas familiares.