Apuntar al mercado global y tener claro el valor de la compañía ayudan a cerrar el negocio, dicen los expertos.

Pensar en un producto de escala mundial, conocer el mercado global y los competidores, construir un buen equipo y tener claro el potencial de venta, son algunos elementos que una empresa tecnológica debe considerar si piensa en algún momento seducir a un comprador del exterior.

Y parece que el empresariado local entendió la ecuación. En los últimos tiempos la venta de empresas tecnológicas creció y, si bien aún no es un fenómeno frecuente, el éxito de ciertas firmas locales más allá de fronteras sedujo a inversores extranjeros, sobre todo de EE.UU.

Ya sea por estrategia comercial, para evitar competidores o simplemente como forma de inversión y posterior venta, los compradores llegan atraídos por un mercado en etapa de madurez, donde ya existen adquisiciones que han alcanzado (y superado) los US$ 25 millones.

Pero si bien no hay un registro oficial de la cantidad de ventas anuales, se estima que el número oscila entre cinco y 10, dijo el martes Andrés Cerisola, socio director del estudio FERRERE, en el desayuno de trabajo sobre fusiones y adquisiciones de empresas tecnológicas organizado por la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (CUTI).

El experto señaló que Uruguay vive un buen momento, al igual que América Latina, aunque prendió una luz de alerta ante la reactivación de la economía de EE.UU. (el principal origen de inversores) que volverá a atraer los capitales que hasta el momento dirigían sus fondos a la región. «Nosotros somos considerados de alto riesgo y preveo que van a disminuir (los inversionistas) y serán más selectivos que otros años», auguró.

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