La realidad, tal como la vivimos y naturalizamos, es algo que hace algunos años sólo podíamos imaginar. Algo que sólo estaba en la ficción. Quienes vamos peinando algunas canas recordamos cómo nos sorprendíamos y lo lejano que veíamos cómo los “Supersónicos” se comunicaban mediante videollamadas, eran pacientes de telemedicina y hasta incluso hacían home office con ayuda de los avances tecnológicos.

El futuro es hoy. Los desarrollos tecnológicos revolucionan nuestra vida. La atención de salud es uno de los campos en los cuales la revolución tecnológica está presente dinamizando prácticamente todos sus aspectos.

La pandemia de Covid-19 ha sido uno de los factores que impulsó un desarrollo que data de muchos años y que trae consigo muchas cosas positivas como, por ejemplo, el desarrollo de la medicina de precisión, a partir de la cual los equipos médicos pueden trabajar intercambiando información de calidad, que es procesada por algoritmos de Inteligencia Artificial como una herramienta clave para procesar gran cantidad de datos en poco tiempo.

La automatización de tareas repetitivas permite al equipo sanitario centrarse más en el paciente. Los algoritmos de análisis predictivo alertan sobre tendencias relevantes de los datos del paciente que son un insumo relevante en las decisiones sanitarias.

La incorporación de desarrollos tecnológicos a la atención de salud pasa de ser una posibilidad a ser una necesidad. Algunos, incluso se atreverán a decir que es parte de la “Lex artis” de la profesión en la actualidad.

Ahora, este desarrollo no está libre de retos éticos y legales que deben ser valorados con mucho detenimiento en la incorporación de este tipo de desarrollos en los procesos de atención sanitarios.

¿Puede la Inteligencia Artificial sustituir una decisión sanitaria? ¿Hasta dónde llega la IA y hasta donde la decisión del profesional de salud? ¿Quién es responsable? ¿Es posible una IA libre de sesgos negativos? ¿Cómo hacemos para proteger la intimidad de las personas? ¿Quién controla? ¿Cómo se controla?

En las próximas entregas de estas reflexiones intentaré construir argumentos que se aproximen a dar una respuesta a cada una de estas interrogantes. Los espero.