La Ley 19.764 implementó el deber de garantizar acceso a la información por parte de las personas con discapacidad visual a la hora de adquirir medicamentos (cuyo plazo para adaptación venció en julio de este año).

El desarrollo de una aplicación para hacer accesible la información del medicamento podría ser una poderosa herramienta que permita dar cumplimiento a esa normativa, incluso más efectiva aún que un método tradicional, como lo es el braille. Más allá de las dificultades logísticas en la implementación de este método, la realidad es que no todas las personas con discapacidad visual son capaces de leer braille El desarrollo de una aplicación podría ser una poderosa herramienta que permita dar cumplimiento a esa normativa.

Las novedades legislativas pueden suponer cambios drásticos en la práctica de diversas actividades económicas a fin de lograr la adaptación necesaria para su cumplimiento. Esos cambios y adaptaciones suponen en muchos casos retos importantes que trascienden a la genuina voluntad de cumplir y es ahí donde las aplicaciones móviles (Apps) podrían llegar a ser la respuesta. Más allá del caso referido, las Apps podrían ser herramientas efectivas para garantizar el cumplimiento integral de la ley 18.651 de protección integral de personas con discapacidad con mecanismos de accesibilidad muy diversos, por ejemplo.

La Apps también han demostrado su potencial en políticas públicas clave como ocurrió en relación con la App Coronavirus.UY o la App del 911 que permite denunciar emergencias, entre ellas violencia doméstica.

Ya en otras jurisdicciones las Apps muestran su potencial en ese sentido. La Directiva (UE) 2019/1937 del Parlamento Europeo y del Consejo relativa a la protección de las personas que informen sobre infracciones del Derecho de la Unión (denominadas whistleblowers) en el contexto de su actividad laboral, impone a las empresas la creación de canales de denuncia que deben cumplir parámetros específicos. Las aplicaciones parecen ser el instrumento clave para el compliance efectivo de la normativa, cuyo plazo de trasposición al derecho interno finaliza en diciembre de 2021.

Estas nuevas dimensiones sumadas a las tradicionales funciones de entretenimiento hacen que las Apps sean hoy elementos básicos de interacción diaria y constante en la vida corriente.