En las últimas décadas, los cambios experimentados en la matriz familiar y en los negocios hacen necesaria la revisión de las bases sobre la que se sustenta el análisis de la empresa familiar y de los instrumentos por ella utilizados para corregir obstáculos y potenciar fortalezas.
A continuación comentamos algunos de los mayores problemas relevados en las familias empresarias.
Búsqueda del sucesor
Se repite la situación de hijos de fundadores de empresas que por las más variadas razones no quieren continuar en el negocio de sus padres. Frente a esta situación, la familia comienza a buscar el sucesor. Es muy importante contar con asesoramiento adecuado en esta instancia. Cada realidad tendrá una solución particular, en algunos casos el sucesor se encontrará en familiares cercanos, en otros casos en familiares políticos y en otros fuera de la familia con miras a una gerencia profesional. A ello se suma que algunas familias pueden contar con protocolos familiares que prevean mecanismos de sucesión, los que adecuadamente negociados en la interna de la familia e ingeniosamente redactados, cobran un rol fundamental en este tema.
Es aconsejable que la búsqueda del sucesor se siga en conjunto con los referentes o representantes de la familia y que se adopten soluciones transitorias y nunca radicales. Seguramente en una nueva generación pueda surgir un nieto o sobrino comprometido con los valores de la empresa de la familia y con la aptitud necesaria para gerenciar y liderar la misma.
Fraccionamiento de la propiedad
De forma consciente y en ocasiones no consciente, la propiedad en las empresas familiares se fracciona y atomiza. Más de una generación comienza a participar en la propiedad de la empresa, familiares políticos se vuelven titulares de acciones y la situación se agrava con situaciones derivadas de divorcios, sucesiones y repetidos matrimonios. El paso del tiempo potencia la posibilidad de fraccionamiento de la propiedad, por lo que es aconsejable que la familia empresaria considere y resuelva este tema lo antes posible. Históricamente, la respuesta ha sido el diseño de un protocolo de familia, en el cual se regula, entre otros temas, el destino de la propiedad de la empresa.
Si bien el efecto sentimental y psicológico que genera el protocolo en los familiares los conmina a su cumplimiento, la empresa no está protegida ante un incumplimiento a lo pactado. Por tanto, es aconsejable que los protocolos de familia sean confeccionados por los familiares con la ayuda de asesoramiento profesional y complementados con adecuados convenios entre los accionistas, pactos sucesorios y reformas a los estatutos de la empresa.
Pluralidad de opiniones
Los integrantes de la familia empresarial seguramente tengan una visión del negocio y la familia diferente, para unos la prioridad será el bienestar y armonía en la familia, para otros lo será la estrategia empresarial, el crecimiento, financiamiento y rentabilidad del negocio. Las diferentes visiones y opiniones encontradas repercutirán en la unión de la familia y en la toma de decisiones de la empresa, afectándose recíprocamente.
En FERRERE hacemos hincapié en la importancia de establecer foros de discusión claramente diferenciados, donde los problemas familiares y empresariales puedan ser tratados de forma separada. En paralelo a los órganos de la empresa, directorio y asamblea de accionistas, coexistirán otros como la asamblea de familia y el consejo familiar, en los cuales los diferentes integrantes de la familia y sobre todo los más jóvenes, pueden compartir los valores y las expectativas de la familia e intercambiar opiniones sobre la marcha de la empresa, de modo de asegurar, en alguna medida, la continuidad del negocio.