En el ámbito de la concientización ambiental, es necesario reflexionar sobre la protección y preservación de nuestros recursos naturales. La sensibilización hacia las cuestiones ambientales está en constante crecimiento. Las empresas han comprendido que incorporar criterios ambientales y de ESG es una exigencia ineludible.

Si la empresa no alinea su estrategia a los criterios ESG y ambientales, aumentará sus riesgos legales, económicos y reputacionales, comprometiendo de esa manera, su éxito empresarial.

Los criterios ambientales ESG (contenidos en la “E”) cumplen un papel trascendental en una operación de venta (M&A) de la empresa. En este sentido, la debida diligencia ambiental se ha convertido en un proceso prioritario con el fin de evaluar, no solo el cumplimiento normativo (que es la base) sino la alineación del target con la sostenibilidad y la mitigación de los riesgos ambientales inherentes a las operaciones empresariales.

Due Diligence Ambiental y de ESG: un proceso preventivo

En el marco de un due diligence habitual, los aspectos ambientales y de ESG deben ser considerados con detenimiento, al tiempo de identificar y mitigar las posibles contingencias que pueda generar al potencial adquirente. Esto supone un doble análisis: por un lado el normativo, esto es, asegurarse que el target cumple con la legislación ambiental vigente; y por otro lado, verificar si las conductas, políticas y forma de hacer los negocios de la empresa objetivo, se alinean con la política de sostenibilidad y criterios ESG aplicados o requeridos por el potencial comprador. Una vez identificado y cuantificado cada hallazgo, será necesario analizar su impacto en la operación de M&A.

Respecto del primer análisis que indicamos en el párrafo anterior, es esencial evaluar cómo la legislación ambiental impacta en las actividades de la empresa objetivo, incluyendo la obtención y vigencia de los permisos y licencias necesarios. Asimismo, es fundamental identificar cualquier incumplimiento o procesos legales en curso relacionados con leyes ambientales.

La falta de permisos o el incumplimiento de la normativa ambiental puede representar un riesgo significativo, e impedir que el potencial comprador alcance los objetivos buscados con la transacción. Además, es importante considerar las consecuencias del incumplimiento: sanciones que las autoridades puedan imponer, que comprenden la suspensión o cancelación de licencias, inhabilitación de establecimientos, multas, potenciales riesgos civiles o penales, y la pérdida de clientes, proveedores, socios, inversores o financiadores, debido al daño reputacional.

Algunos aspectos que se deben analizar son: (a) la proximidad del proyecto a entornos sensibles, como áreas protegidas o territorios indígenas; (b) el manejo de residuos o productos peligrosos; (c) emisiones; (d) uso eficiente de los recursos.

El due diligence implica la completa revisión de toda la documentación proporcionada sobre la transacción (antecedentes ambientales), para verificar la vigencia, validez y cumplimiento de lo establecido por la normativa ambiental vigente. De esto, se derivará un análisis de la problemática, junto con posibles contingencias y acciones recomendadas.

Por otro lado, la evaluación ambiental ESG no tiene que ver con el análisis de la normativa ambiental que la empresa objetivo está obligada a cumplir (lo cual se cubre con el análisis anterior), sino con aquellas cuestiones ambientales y de sostenibilidad que son relevantes para el comprador. De ello, para llevar a cabo este análisis, el comprador debe informar a los asesores cuáles son los criterios ESG o de sostenibilidad ambiental que desea sean evaluados en el due diligence (ya sea porque el comprador tiene incorporados dichos criterios a su propia empresa, o porque los inversores/financiadores de la operación exigen que estén presentes); o, como alternativa, la auditoría puede consistir en identificar las prácticas de sostenibilidad ambiental y criterios ESG que la empresa objetivo implementa o lleva a cabo.

Posibles desafíos en la evaluación del cumplimiento ambiental y de ESG

En primer lugar, el desafío con el que nos encontramos es la sistematización de los datos. La mayoría de las empresas carece de una adecuada organización documental en general, y mucho menos en lo que respecta a temas de ESG.

En segundo lugar, la interpretación de los datos. Una vez obtenida toda la información, es necesario interpretarla. Por lo tanto, el análisis debe ser especializado, para comprender y evaluar de manera plena la situación de una empresa en relación con la legislación ambiental.

Uno de los desafíos más importantes que tienen los criterios ESG es la cantidad de benchmarks, mediciones, calificaciones, etc., que dificultan la coherencia. Para esto, es clave que el potencial comprador indique cuáles son los benchmarks que desea utilizar o que el asesor los acuerde previamente con su cliente.

En tercer lugar, la identificación y cuantificación de los riesgos. Después de evaluar la información, se precisa una correcta consideración de los riesgos. Estos pueden incluir: cambios en la regulación, reputacionales, cuestiones de cambio climático, litigios y otros factores que pueden afectar al M&A.

FERRERE, con presencia regional y un equipo multidisciplinario y especializado en asuntos ambientales, busca garantizar a sus clientes, y a todas las partes involucradas en el proceso, una revisión minuciosa de los aspectos ambientales que deben analizarse en un M&A. Esto permite la identificación oportuna de las posibles contingencias que puedan surgir en la transacción, ofreciendo consejos prácticos para abordarlas de manera efectiva.